En 2003, el Servicio Nacional Aeronaval (Senan) dio inicio a la Unidad de Buceo Táctico, una pequeña unidad que, con solo tres integrantes, se adentró en las aguas más profundas con una misión clara: enfrentar lo desconocido y desafiar el mar. Aunque su número era limitado, el espíritu de estos primeros buzos proyectaba una unidad que, a pesar de los años, se consolidaría entre las más destacadas. El tiempo trajo consigo un crecimiento significativo. En 2020, la unidad fue absorbida por el Comando del Servicio Nacional Aeronaval, lo que le permitió expandir sus responsabilidades. Actualmente, cuenta con 13 miembros, todos entrenados para llevar a cabo misiones de alto riesgo. Desde su fundación, la unidad ha estado al frente de diversas tareas esenciales, como la búsqueda de personas desaparecidas, el rescate de cuerpos fallecidos y la reflotación de embarcaciones y drogas que quedan en el mar. En 2024, la unidad completó un total de 46 operaciones, un reflejo de esfuerzo y dedicación. En lo que va de este año son 16 operaciones. Cada una de estas intervenciones no solo es una prueba de resistencia física, sino también un compromiso con la seguridad y protección de la vida humana en el mar. Un nombre clave en este proceso de crecimiento es el de David Velásquez, quien asumió la jefatura en 2015. Bajo su liderazgo, la unidad ha logrado sobresalir en operaciones de rescate en mares turbulentos y en la lucha contra el narcotráfico. Su dedicación y capacidad de gestión han permitido que la unidad se mantenga firme ante los más complejos desafíos, destacándose por su valentía y determinación en cada misión. Cada inmersión es un desafío único. Las corrientes impredecibles, la baja visibilidad y la presencia de animales como tiburones y cocodrilos son solo algunos de los riesgos que los buzos enfrentan. En la oscuridad del agua, sus manos se convierten en las únicas herramientas disponibles para orientarse. La habilidad adquirida en su arduo entrenamiento es lo único que les permite superar estas adversidades. La historia de la Unidad de Buceo Táctico es una de coraje, sacrificio y vocación. Cada uno de sus miembros se convierte en un guardián del océano, dispuesto a enfrentarse a la oscuridad con determinación, siempre listos para lo que el mar depare.